
La serie de Netflix ‘El regreso de la espía’, producida en España por Fresco Films Services, ha sido rodada íntegramente en la capital
Madrid ha sido la ciudad elegida por Netflix para rodar íntegramente la serie El regreso de la espía (In from the cold en su título original), protagonizada por Margarita Levieva y estrenada en la plataforma hace escasas semanas. Los ocho capítulos de este thriller de espionaje retratan con generosidad la ciudad ya que tal y como señala Peter Welter, productor ejecutivo de Fresco Films Services –empresa productora de la serie en España-, “el showrunner (Adam Glass) quería hacer una declaración de amor cinematográfica a Madrid, reflejar no solo los sitios más conocidos sino la urbe más auténtica, la de todos los días”.
La lista de localizaciones es extensa. De lugares tan emblemáticos como la Gran Vía, la Plaza Mayor, El Retiro, la Plaza de las Comendadoras, Alcalá o La Cibeles se pasa a lugares menos reconocibles como los bajos de Argüelles, las iglesias Nuestra Señora Asunción Brunete o San Antonio de los Alemanes. La serie muestra hermosas panorámicas de la ciudad grabadas desde los tejados del Centro Colón y la terraza del Círculo de Bellas Artes y se ambienta también en el Museo Lázaro Galdeano, el Palacio Fernán Núñez de la calle Santa Isabel, en las estaciones de metro Chamberí y Paco de Lucía, el Cementerio de la Almudena, Madrid Arena... Y en bares como el Hemingway Cocktail Bar de Casa Suecia y el espacio de conciertos Sala Nazca. Para su rodaje, en plena pandemia, se cerró además el Hotel Hyatt de la Gran Vía, donde vivía el equipo y se grabaron gran parte de las escenas en interiores.
Madrid Film Office tuvo el placer de reunirse con Adam Glass (Supernatural, The Chi), showrunner y productor ejecutivo de El regreso de la espía, Peter Welter y la diseñadora de producción Bárbara Pérez-Solero para hablar sobre cómo es rodar en Madrid y por qué han elegido esta ciudad para El regreso de la espía.
“La pregunta es ¿por qué no Madrid?”, contesta Adam Glass, “Es una ciudad tan bonita, en la que no se ha rodado demasiado. Tenéis muchos incentivos, increíbles equipos, muy profesionales… Sin duda alguna había que venir aquí y espero que estemos haciendo justicia a la ciudad y que la gente de todo el mundo descubra un Madrid diferente al que han visto”.
Bárbara Pérez-Solero señala que el Madrid retratado en El regreso de la espía es muy actual y cosmopolita con algunas localizaciones más duras del hampa en barrios periféricos que responden a la estética de una serie de espías. “Había varios retos en la historia, entre ellos unos flashbacks al Moscú de los años 90, que era una parte visual pequeña pero importante. Lo que planteé fue distinguir entre los colores de Madrid y los colores de Moscú, los de Madrid más saturados y los de Rusia con texturas que reflejan la época, esa Rusia que acaba de salir de la URSS”.
Entre las localizaciones convertidas en espacios moscovitas se encuentran la calle Belvís en San Bernardo; el Palacio Trinidad en la calle Francisco Silvela que, construido en 1928 por el arquitecto Luis Alemany Soler, se transforma en un edificio en la capital rusa. También la estación de metro Chamberí, la discoteca Barceló y el edificio de RTVE en Arganda que pasa a ser la Sede central del Servicio de inteligencia exterior ruso.
El equipo internacional de El regreso de la espía ha contado con directores y actores españoles. A las realizadoras Ami Canaan Mann y Birgitte Staermose se han sumado Paco Cabezas y Daniel Calparsoro y como intérpretes nacionales podemos disfrutar de José Luis García Pérez, Luis Callejo, Pablo Capuz y Mabel del Pozo, entre otros.
“Parte de la historia tiene mucho que ver con lo local, con la familia española” agrega Adam Glass, “necesitábamos directores españoles para dar sabor y autenticidad a la historia. En Madrid tenéis un gran talento”.
Peter Welter afirma por su parte que la industria cinematográfica genera mucha riqueza a la economía local. “No solo al turismo ni a los empleos directos de los equipos. Nosotros en pandemia abrimos dos hoteles que estaban cerrados; gracias a nuestra producción pudieron volver a emplear a su gente. Lo mismo los restaurantes, el alquiler de coches… hay veinte mil ejemplos”.
El equipo de localizaciones, con Mario Santa-Cruz al frente como jefe de localizaciones del proyecto, también escogió algunas lugares de la Comunidad de Madrid para el rodaje, como el Acuartelamiento Primo de Rivera de Alcalá de Henares que en los episodios uno y dos se convierte en prisión y hospital; las pistas de hielo de Valdemoro y de Leganés y otros edificios y exteriores de El Escorial y Cabanillas de la Sierra.