
Hoy Día Mundial de la Animación nos reunimos con uno de los referentes del cine de animación español, cuyo estudio madrileño Lightbox Animation Studio, fundado con Enrique Gato, es el creador de la marca Tadeo Jones
Nico Matji preside, además, Diboos (Federación española de asociaciones de productoras de animación y efectos visuales) y Pixel Clúster Madrid
Tras Animario, el Festival Internacional de Animación Contemporánea de Madrid, y el evento europeo de formación Cartoon Srpingboard, por primera vez realizado en Madrid, hoy, en el Día Mundial de la Animación, nos reunimos con Nico Matji, Presidente de Diboos (Federación española de asociaciones de productoras de animación y efectos visuales) y Presidente también de Pixel Clúster Madrid (Asociación sectorial de la animación y creación digital de Madrid).
Matji, hijo del guionista Manolo Matji, es además, productor ejecutivo y cofundador en 2008, junto con el director Enrique Gato, de Lightbox Animation Studios, el estudio de animación madrileño creador de la marca Tadeo Jones, cuyo primer largometraje Las aventuras de Tadeo Jones ganó tres premios Goya en 2013. Fue la primera vez que una película de animación ganaba en las categorías de Mejor dirección novel (Enrique Gato) y Mejor guion adaptado (además de Mejor Película de animación). También han sido creadores de la taquillera Atrapa la bandera (2015), lanzada a nivel mundial por Paramount Pictures (también fue la primera vez que esto ocurría con un largometraje español).
Habéis estrenado recientemente la tercera entrega de Tadeo Jones, ¿cómo ha sido recibida?
El 12 de octubre, Día de la Hispanidad, alcanzamos los 10 millones de euros de recaudación, así que estoy contento. Yo entré en la vida de Tadeo Jones en 2003 cuando vi que el personaje que había inventado Enrique Gato podía tener tirón. Hicimos un cortometraje y así empezamos un camino en el que llevamos 20 años. La verdad es que le debo toda mi vida a Tadeo, lo cual nos demuestra las posibilidades que tiene ser propietario de una IP (Intellectual Property). Es tremendamente importante desarrollar el sector de la animación pero no solo como empresas de servicios al extranjero sino como creadores de marcas propias.
¿Cuáles crees que son los logros artísticos y técnicos de Tadeo Jones?
Tadeo es un personaje que genera simpatía porque en España, en general, nos gustan los antihéroes. Hay toda una generación, la mía y más mayores, que crecimos leyendo los cómics de Bruguera, un monumento a los antihéroes: como Anacleto, Mortadelo y Filemón, Súper López… Tenemos así una identidad, un poso común. En el momento en que oyes el nombre Tadeo Jones ya sabes lo que va a ser. Si a esto le añades que desde el primer momento dijimos que teníamos que hacer un producto homogéneo, no un quiero y no puedo, no quemar todos los cartuchos en la primera secuencia y los siguientes ochenta y dos minutos de película tener solo a dos muñecos hablando… Usamos la prudencia y el sentido común y mucho esfuerzo, muchísimo esfuerzo, estuvimos con el primer largometraje cuatro años desde el momento en que tuvimos el guion.
Eres Presidente de Diboos, ¿cómo evalúas el sector de la animación en España y más concretamente en Madrid?
El sector de la animación en España se segmenta de la siguiente forma: los grandes largometrajes de animación se hacen en Madrid, las series de televisión que crean IPs propias nacen, fundamentalmente, en Cataluña porque cuentan con el apoyo de TV3. Y tenemos Canarias que es un foco de servicios de producción porque ofrece los mejores incentivos fiscales de todo el mundo. Galicia siempre ha sido pionera y el País Vasco, sin olvidar el magnífico trabajo de Manuel Sicilia en Granada, primero con Kandor Graphics y luego con Rokyn Animation. Pero todas las regiones, todas, adolecemos de lo mismo: falta de financiación suficiente. Arrancar una obra de animación es muy caro. Cuando vas a vender un proyecto quieren saber cómo es la estética, cómo cuentas la historia, una prueba de concepto y esto hace que te gastes unos 400.000€ solo para poderlo mostrar. Además, los tiempos de la animación son largos y eso hace que los inversores se retraigan, lo que nos hace muy dependientes del capital privado. En la primera película de Tadeo nos estuvieron sujetando durante casi dos millones de euros. Luego conseguimos el resto del dinero para acabarla. Y nunca habríamos hecho Atrapa la bandera si no hubiéramos tenido el empuje de Tele 5 en esa travesía en el desierto.
Otros ejemplos…
Se acaba de estrenar ahora en Apple Plus la película Luck que es un desarrollo que nació en España pero que no encontró financiación aquí y se fue a los mercados internacionales, hasta que aterrizó en Skydance que empezó a financiar el proyecto nacido en España.
Otro ejemplo es Sergio Pablos que siempre ha intentado traer las producciones a nuestro país, hasta que lo ha conseguido, pero no ha sido ni a la primera ni a la segunda. El origen de GRU: Mi villano favorito está en Sergio de Pablos que se tuvo también que ir a hacer las Américas. Allí lo compró Christopher Meledandri que tenía los contactos, las buenas relaciones con Universal. Así se hizo GRU: Mi villano favorito que fue de las primeras películas de Illumination Entertainment. ¿Qué habría pasado si hubiéramos sido capaces de convencer desde España a Universal? Que tendríamos Illumination aquí. Al final Sergio lo consiguió con Netflix y su película Klaus, gracias a un empuje inicial de Antena3.
Las empresas que pueden invertir en desarrollo de ideas son pocas. Por eso sería tan importante que hubiera una obligación para los teleoperadores y plataformas de una cuota de inversión en contenido de animación.



¿Cuáles son los ejes de trabajo de Diboos?
El objetivo fundamental de Diboos es estimular la producción de animación en España sea mediante la creación de IPs propias o a través de la producción de servicios a terceros. Intentamos incrementar el volumen de producción en nuestro país. ¿Cómo? En la nueva Ley Audiovisual aprobada recientemente hemos conseguido introducir una cuota de contenido de animación en las televisiones públicas. No lo hemos logrado con las privadas. También es logro de Diboos haber conseguido que en las ayudas generales a la producción cinematográfica (ICAA y Comunidades Autónomas) haya siempre una cuota específica para animación, que en estos momentos es de un 10%. Otro logro ha sido bajar el mínimo gasto necesario para poder obtener incentivos fiscales. Antes había que contratar servicios a estudios de animación españoles por valor de más un millón de euros y ahora el gasto mínimo está en 200.000€. Con un mínimo de un millón de euros no llegaban proyectos, ahora hay un volumen de trabajo importante. Y, por último, también conseguimos que se subieran los incentivos fiscales y se pusieran al mejor nivel de Europa. Queda mucho por hacer. Me encantaría tener el compromiso de las televisiones privadas y plataformas para invertir en animación porque arrancar un proyecto de animación, como digo, es carísimo.
¿Qué consecuencias está teniendo en Madrid el cambio en los incentivos?
Los resultados claro que se están viendo. Y en la Comunidad de Madrid también se está notando muchísimo. Madrid es el sitio, sin menospreciar a las otras comunidades, donde se hacen las producciones de mayor presupuesto, las más ambiciosas. Creo que tiene que ver con el efecto de capitalidad y las buenas comunicaciones en Madrid. Ahora mismo SkyDance Animation tiene entre 500 y 600 personas contratadas en Las Rozas. El estudio de Sergio de Pablos está haciendo otra producción para Netflix, El Ranchito no para de crecer (lo acaba de comprar un grupo americano), Illusorium Studios está creciendo muchísimo con un proyecto interesante de alcance internacional… Es un hecho que los largos en 3D complicados se producen en Madrid, más que las series de televisión. Además se producen muchos, muchos trabajos de publicidad. Hay estudios en Madrid que no paran de trabajar para el extranjero, como Able & Baker y no podemos olvidarnos tampoco de Zinkia y su Pocoyo.
Hace dos años se formó Pixer Cluster Madrid que también presides, ¿cuáles son sus objetivos?
Pixer Cluster recoge toda la cadena de valor que produce la animación y los efectos visuales en la Comunidad de Madrid. Somos los estudios de animación pero también los proveedores, las tiendas que nos venden el software y los ordenadores, las escuelas y universidades que se dedican a la animación… Empujamos toda la cadena de valor negociando con la Comunidad de Madrid que es el organismo regional, fundamentalmente, e intentando atraer todos los eventos de animación a nuestra ciudad para que esté en el mapa internacional. No basta con trabajar muy bien: lo que no se comunica no existe. Todo el mundo sabe que las grandes películas vienen de Hollywood, el objetivo es que se sepa que Madrid es un lugar importante en animación. Pero esto no es trabajo de un día ni de dos, sino de muchos años, se necesita constancia.
Hace unos días tenía lugar el Festival Animario, del Ayuntamiento de Madrid, que ha inaugurado la sección Animario Pro, impulsada por Madrid Film Office, y esta semana se ha celebrado por primera vez en Madrid Cartoon Springboard, que estará otros dos años en la capital. ¿Qué aportan estos encuentros, por qué han sido importantes?
Están en la línea de ponernos en el mapa de manera recurrente. Para empezar es un networking brutal. Cualquier evento que organiza Cartoon, que es una asociación europea cuyo objetivo es promover la animación en Europa, trae profesionales de todo el continente a la ciudad. Siempre salen proyectos cuando juntas talento: los resultados se verán más adelante, hay que desarrollarlos, financiarlos, ejecutarlos…
Produces con La Fiesta Producciones una de las pocas películas de animación ambientadas en Madrid: Un mundo propio, de Carmen Córdoba, cuyo proyecto se presentó en Cartoon.
Está en proceso de producción, es un largo que ocurre en Madrid antes de la Guerra Civil española cuando era una ciudad pujante y muy curiosa. Muestra un Madrid bastante desconocido, con clubs de jazz de los años 20; es un proyecto precioso, está cercano al Madrid de las Sinsombrero. Dicen que la Historia está recogida en los libros y es verdad, pero como dijo Almodóvar en los Goya, nuestra memoria son las películas. Y contar algo en 90 minutos en audiovisual siempre es más digerible que leer uno o varios libros…
Un mundo propio será una coproducción internacional porque aunque el 2D es mucho más barato que el 3D, en España no vamos a poder conseguir toda la financiación. Será una película bastante festivalera, por encima de todo.

Las coproducciones internacionales son una salida importante…
Son esenciales. Si quieres rodar una película en imagen real que cueste menos de 3 millones de euros lo puedes hacer en España sin ningún problema, pero en el momento en que te pasas de esa cifra se complica todo muchísimo. Una película de animación ambiciosa en 2D por menos de 5 millones no se hace y si es 3D no por menos de 10… No te queda más remedio que acudir a los mercados internacionales y ahí puedes conseguir tres cosas: un agente de ventas que te hace preventas a todos los territorios del mundo y con ese dinero financias la película; un estudio, una major, que compre los derechos de la película, como fue el caso de Atrapa la bandera y Paramount; y luego están las coproducciones que ahora son esenciales. Los agentes con capacidad financiera para comprar de antemano una película son muy pocos, y con el auge de las plataformas cada vez menos. Además, los distribuidores independientes tienen problemas por cómo van los cines en toda Europa. Esto hace que las coproducciones internacionales sean más importantes que nunca. Muchas veces es el único camino de sacar una producción adelante. Y los eventos como los que hemos mencionado en Madrid, o el famoso mercado de Cannes, o Venecia o el American Film Market, sirven para eso…
¿Cuáles son las fortalezas de la animación madrileña?
La situaría en la cresta de la ola. En estos momentos a nivel tecnológico y artístico no tenemos nada que envidiar a nadie; la calidad de los artistas que hay en esta ciudad y el conocimiento que tienen del software está al mejor nivel, con una ventaja competitiva en los salarios con respecto a otras ciudades. Hoy por hoy son muy demandados los artistas de Madrid y de España. Como digo, sería maravilloso que tuviéramos una inversión por parte de las televisiones y plataformas para la creación de marcas propias de empresas de Madrid. Es importante crear y tener IPs. Si la marca y la propiedad intelectual queda en la ciudad es una fuente de riqueza enorme para ella.
¿Y un reto de la animación madrileña?
Lo que sería la bomba es que Telemadrid fuera un tractor de las empresas audiovisuales madrileñas, que nos ayudaran. En esto, como decía, estamos en desventaja con otras comunidades autónomas que tienen su propia lengua. En Galicia, País Vasco… todos conocemos pequeños grupos mediáticos que crecen a la sombra de las televisiones autonómicas, esto no pasa en Madrid.
¿Cuáles serán los grandes cambios tecnológicos en la animación en los próximos años?
Ahora mismo hay un movimiento muy importante en Europa para intentar promover la independencia tecnológica europea. Todos los que nos dedicamos a hacer las producciones animadas damos dinero a una empresa canadiense que se llama Autodesk, es el standard de la profesión. Es un monopolio, un monstruo gigantesco y tenemos que pasar por su caja siempre. En Europa hay software, el Blender, tan buenos como éste que se han creado de manera libre, así que yo creo que poco a poco vamos a ver cómo van apareciendo más y más películas que se hacen con software libre.
Además, por encima de todo esto, hay un gran cambio que son los motores de videojuegos aplicados a películas. Ya se utilizan en series de televisión y se empiezan a usar en películas. Van a acelerar muchísimo el proceso de producción de fotogramas lo que bajará los costes la producción. Esto ya está aquí, ya ha llegado, solo hay que implantarlo. Toca también el mundo de los efectos especiales, ahí tienes la serie The Mandalorian que ha sido una pequeña revolución en sí misma.
En Getafe tenemos unos estupendos estudios en este sentido que se llaman Orca Studios. No lo decimos lo suficiente, pero fue una empresa madrileña la que creó el motor de iluminación llamado Arnold con el que se iluminaban las películas de Sony Animation. Y el software con el que se ha hecho todo el cálculo de fluidos de la película El Señor de los anillos lo ha realizado una empresa madrileña: Next Limits Technologies…. Esta ciudad da mucho de sí.
Esto nos lleva a la importancia del I+D…
Es que todo es I+D. En Lightbox tenemos un departamento llamado Departamento de Tools que se dedica a hacer pequeñas rutinas informáticas, pequeños programas que hacen el flujo de trabajo más ágil. Te estoy hablando de más de 300 o 400 subrutinas por película, para ganar algunos segundos en operaciones, que multiplicado por cien personas durante cuatro años de trabajo, calcula… Es muchísimo tiempo y muchísimo dinero. Y esto es I+D. Cada película es un nuevo aprendizaje, te lo garantizo.
En 2015 fundasteis una escuela de animación Lightbox Academy, ¿qué ofrecéis?
Nosotros enseñamos de acuerdo a los métodos de trabajo de Lightbox Studio y dotamos a los estudiantes de una absoluta capacitación laboral para que el día que salen de nuestra escuela puedan trabajar con nosotros desde el minuto cero y que todo les resulte familiar. Es verdad que nosotros somos un estudio especializado en películas, y esto de la animación y de los videojuegos es tremendamente amplio. Todo parece que es lo mismo pero en nuestra empresa en el proceso de hacer una película de animación participan 17 departamentos y cada uno de ellos es de alta especialización. Ahora hay muchísimos sitios donde trabajar que buscan perfiles súper especializados, se vuelve muy complicado encontrar determinados perfiles.
¿Se necesitan profesionales?
Hay poco profesional con experiencia. Los que hay están todos trabajando. En la Comunidad de Madrid cada año salen de sus escuelas unos 3.500 estudiantes que tienen que adquirir esa experiencia que solo se puede hacer trabajando. Falta un poquito de tiempo hasta que haya gente rodada, pero irá llegando. Hay mucha diferencia entre los que han tirado varios tiros y los que empiezan a pegar sus primeros disparos.
